No discutamos más.
No discutamos, escúchame.
No me hables, no nos peleemos.
Te ruego, pienses.
Solamente callemos,
a lo sumo, mirémonos.
Porque los dos sabemos
que antes que pelear,
es mas lindo el silencio.
Por favor, no me grites,
no me insultes así sea en broma;
no me minimices.
Soy hombre fuerte de hierro,
pero frágil de corazón y oido.
No digas más palabras feas.
Para eso; callemos.
No te defiendas, no me ataques,
no pienses que me enojo.
Pero quedémonos callados.
No me expliques situaciones, ni cosas ajenas.
No critiques a otros.
No tratemos, tampoco,
de ser humildes.
Todos en el fondo somos un poco orgullosos.
Háblame, pero háblame natural,
al timbre de tu voz si es que vas a hablar.
Hablame suave y lindo,
como se que vos sabes hablar.
O si no... o si no, hagamos silencio.
No te descubras confusa con mis oidos sordos
o mi boca muda,
Solo esquivemos el problema.
¡Dejémoslo...
para cuando tengamos tiempo que perder!
No hablemos de lo que nos molesta.
No ocupemos el tiempo...
y esquivemos el problema.
Seamos sinceros,
tú frente a mi y yo a ti, los dos,
nos vemos limpios y auténticos.
Me conoces a la perfección.
Yo te se de memoria en cada ocasión.
Nuestros problemas o diferencias,
nunca podrán;
ser superior, romper, quemar
apagar o quebrantar nuestro amor.
Tú me amas tanto y yo igual.
No hay amor mas grande que el nuestro
y lo consumimos cuando discutimos
por pequeñeces en cada momento.
Ven, bésame...
y esquivemos los malos tiempos.
Tendremos luego tiempo para discutir esto,
allá, cuando seamos felices en nuestro hogar.
Nos hablamos sabiendo lo que el otro piensa.
¿Qué sentido?
Seamos sinceros y ven,
bésame otra vez,
y esquivemos el momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario!
Si esta entrada te gustó, podés compartir el link con tus Amigos!