Qué lejana que estás otra vez,
¡Oh!... tu voz, ¿dónde está?
En el sueño de los días
pienso a veces que vas a volver,
ando diciendo tu nombre
me duele la pena del atardecer.
El camino me vuelve a llevar,
¡Ay!... la flor del amor.
Ardida sobre mi pecho,
te recuerda como una canción;
que llora sobre los ojos
la tarde que nace de tu corazón.
¡Ay!... arroyo que sabes hablar,
palomita que al aire te vas.
Cuéntame, nada más...
qué dolido la vuelvo a llamar.
Quiero cantar en la noche
la zamba que un día tendrás que llorar...
Solitario te vuelvo a pensar,
pura luz de jazmín.
Cuando viene la nostalgia
suelta el cielo tu sombra otoñal.
Solamente por amarte
a veces andando me da por cantar.
Yo sé que triste siempre te vas
¡Ay!... dolor de esperar...
Pena del enamorado
que solita me vuelve a crecer.
En mi boca tu recuerdo
de tanto cantarlo se me vuelve miel.
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