Viento que recorres
el campo, la ciudad y el firmamento.
Con bruta suavidad tocas y rozas
el cuerpo, la alegría y los sentimientos.
Viento que atrapa libre
el aroma de un campamento,
lo cargas acuestas y lo arrojas,
en el recuerdo de aquellos tiempos.
Viento, que pones al manifiesto
la felicidad y la libertad,
de la naturaleza para la humanidad.
Vuelas y paseas libre llevando lindos momentos,
portando tristezas,
tiempos en que he llorado y estado riendo.
Viento que recorres libre en las culturas,
lugares, paisajes, mares y tiempos.
Tú, que perduras y duras
en el pasado, presente y en el futuro incierto.
Tú que lo fuiste y lo seguirás siendo.
Tú que recorres libre, tranquilo,
en paz, sin "estreses", ni prisas, ni sufriendo.
Tú que recorres libre, rozas mi piel,
como ninguna caricia se siente de una mujer.
Viento que vienes de lo eterno,
porque vas a lo eterno.
Viniste desde siempre,
porque eres para siempre.
Vienes y sales, desde el principio,
porque vas al infinito.
Viento, mi tan viento tan querido,
hazme el favor de posar este beso,
este llanto y este sufrimiento,
en aquella flor.
Que tan celoso estoy,
por tus caricias en su cuello ya besado,
por los labios del cuerpo que la ha abrazado.
Posa en ella este beso muerto,
en su boca, en esa flor loca,
que me seduce y destroza,
en esa flor dulce,
en esa amarga mirada rosa,
que de amor ha traicionado
este corazón enamorado.
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