Vete a dormir cuando sientas sueño,
cuando el estudio no sirva mas que para desvelo,
cuando estés dolorido, con fiebre o enfermo.
Vete a dormir cuando te tienta al haber terminado de hacer la cama,
cuando estrenes tu colchón o cambias la sabana,
cuando acomodes la almohada, o cosas el almohadón.
Vete a dormir cuando quieras meditar esa canción,
cuando tengas que rezar de urgencia a Dios,
cuando estés a punto de tomar una gran decisión.
Vete a dormir cuando te encuentres agotado y rendido,
cuando quieras besar a alguien que hayas perdido,
cuando tengas impotencia o rencor o quieras hacer el amor.
Vete a dormir cuando te duela la espalda,
cuando tengas dolor de cabeza, cuando quieras solucionar un problema,
cuando estés alegre y cansado o por disfrutar el verano.
Vete a dormir cuando quieras soñar,
cuando quieras amar a todos por igual,
cuando te guste tu vida y sientas que eres inmortal.
Vete a dormir cuando tengas que cuidarte la salud,
cuando te tengas que resetear, cuando quieras una nueva virtud,
cuando salga la luna, o el viento te de luz.
Cuando te hayas levantado, veas lo que veas,
disfruta el día y renace, porque todo sanará aunque no creas,
tu querrás ser mejor, te olvidarás del mal estar
y mejorará tu buen humor,
porque la cama es para el hombre,
pero el buen hombre es para el Dios.
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