... Con las Alas del Alma desplegadas al vient¤ ...

martes, 31 de enero de 2012

Hecho!...




Si fuera tan fácil seguir a Dios, la recompensa no sería tan grande… 

Fácil vs Difícil 

· ¿Por qué es tan difícil decir la verdad y tan fácil mentir?
· ¿Por qué tenemos tanto sueño en la iglesia, pero cuando termina el Sermón repentinamente estamos tan despiertos? 

· ¿Por qué es tan difícil hablar de Dios y tan fácil decir cosas sucias?
· ¿Por qué es tan aburrido leer una revista cristiana, y tan divertido hojear una con contenido repugnante?
· ¿Por qué es tan fácil borrar mensajes de Dios y reenviar mensajes sucios?
· ¿Por qué las iglesias y templos se vuelven más pequeños mientras los bares y discotecas crecen en tamaño?
· ¿Te das por vencido? 

                                                             

Un día Satanás y Jesús estaban conversando. 
Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose diciendo:  
– ¡Si Señor!... acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir. ¡¡Cayeron todos!!
– ¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.
– ¡Ah!, me voy a divertir con ellos. Respondió Satanás. Les enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber y fumar y por supuesto, deformare tu iglesia, de a poco, pero lo haré, les haré creer que no existo, les enseñaré a inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí, a matarse, mentirse, abusarse, enviciarse, lastimar su cuerpo, mutarse, operarse...DE TODO! ¡Realmente me voy a divertir!
– ¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús.
– Ah, los mataré. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo.
– ¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús.
– ¿Qué?... ¡ah, tu no quieres a esa gente!... ellos no son buenos. ¿Por qué los querrías tomar.?... si tú los tomas, ellos te odiarán. Escupirán a tu rostro, te maldecirán y te matarán… ¡Tu no quieres a esa gente!
– ¿Cuánto quieres por ellos?, preguntó nuevamente Jesús a Satanás. 
Satanás miró a Jesús jactándose de su victoria, impulsiva, desinteresada y sarcásticamente respondió:
– Toda tu sangre, tus lágrimas, tus dolores, en suma… ¡quiero toda tu vida!
Entonces Jesús dijo muy firme y solemne:
– ¡HECHO!...

Y así es como le agradecemos??...


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