Cada vez que me besas

  Cada vez que me besas siento que es una culpa dejar de besarte,

siento que los colores se tridimensionan en vida monocromática,

que la eufórica suavidad del viento,

se congela en fuego en un instante indeterminado, 

siento el imposible palpable, 

siento la grandeza disminuida por algo mejor, tu beso germinado. 

Siento la serena furia calmada en descontrol, 

el ruido del silencio en notas que no son, 

la humedad seca de tu piel en mi sequía húmeda cutánea, 

ese alba eterno que estela la alegría 

en millones de auroras, polvorosas tristezas,

siento cómo tu lágrima se derrama donde no corre.

 Cada vez que me  besas, me muerdes,

 y yo muero en un canibalismo vegetariano.

Siento tocar el cielo, con mis labios, y siento mis labios en el cielo.

 Siento que me llena ese segundo todo ti,

 siento que me elevas con los pies en el suelo, 

siento estas inexplicables palabras bastantes exactas, 

siento que explicar que siento en tu beso

 se puede explicar, en mudo diálogo de pasiones de miradas ciegas y abstractas. 

 Cada vez que me besas se unen nuestros pensamientos con un mismo fin,

que no esta establecido, ni lo sabemos. 

El impaciente tiempo corre, por primera vez sin prisa, 

aunque él me apure, no sabe que en esto, no me puede ganar, 

siento también reírme del arrepentimiento y la urgencia, 

siento de hijo a mis problemas, y de padres a mis pasiones. 

Cada vez que me besas... No soy yo, ni la gravedad, eres tu!

Cada vez que me besas es la mentira verdad. 

Me besas y no es ni carne ni alma, 

es nuestra tormenta una vez en agitante calma.

 Es mi voz irritante callada,

 que después que me beses yo se,

 que en incontenible locura te aclama.