... Con las Alas del Alma desplegadas al vient¤ ...

jueves, 10 de febrero de 2011

Un sueño atrevido

                            

Ya van varias veces, esto se torna raro y desconocido. Es incomprensible. Es una clara muestra de que la mente humana no tiene límites para la imaginación.
Quizás fue casualidad. Pero...

¿Cómo puede ser que a ella la "fabrique" en mi imaginación y la sueñe como si fuera real?


Una pregunta que no me he respondido desde los 7 años, como consecuencia de mi primeara internación en el Hospital.

La volví a encontrar; no en un parque, ni en la plaza, ni en el lago, ni mucho menos en aquel paisaje imposible de abarcar con la vista e imposible de contemplar, aunque esté la vida entera observándolo aunque, esté siglos observándolo, en fin; inexplicable. Simplemente la vi al subir al micro.
No recuerdo si la vi antes de subirme o no. De a poco me voy olvidando de la cantidad de detalles que abundaban la circunstancia, pero las partes más bonitas no, para olvidar las partes bonitas primero tengo que olvidar mi nombre. No se pueden olvidar esas partes. Aún muerto, ésto que escribo me recordará y Dios quiera que perdure, que sea eterno.

Quedé impactado al pisar con mis zapatillas el escalón húmedo de ese micro, Este 62, para ser preciso a la tarde, en la sufrida parada de la Estación de Trenes, fue donde todo remontó vuelo, donde comenzó toda la fantasía. Al pisar el segundo escalón, ya la podía ver completamente, el micro algo vacío, con asientos libres, pero ella viajaba parada. Al llegar al tercer escalón, y entre los cortos segundos en que insertaba las monedas en la máquina expendedora de Boletos, ya podía observar el capullo blanco de su carita y en la espesa niebla de mi corazón escucho su vos, su carcajada, que era la mejor Orquesta Filarmónica que podría haber escuchado en mi vida, era la música perfecta para la inspiración de cualquier canción de amor que se trate de ella.

De a poco empecé a caminar los breves pasos que podía dar en el micro, mientras un Sol matinal me hacía reflejo, con la cabeza inclinada, comencé a reconocerla.
Ella vestía un joggin azul, yo pantalón de sarga gris.


Recuerdos que me quedaron grabados en mi memoria por siempre. Así como también, su pelo enrulado como bailando al compás de la brisa que entraba por la ventana.



De a poco y despacio me acerqué, con mi torpeza logré llegar a su lado.
Y allí se inició toda la odisea...


- Ey! Hola! ¿Nos vemos devuelta?? Jajaja...  - Me dijo con todo su tesoro, con todo su dios y su alma, que era su sonrisa. - 
- Je, parece que si - Le dije con la voz retranca, como agonizando, mejor dicho, como haciendo oral mi agonía. - 
- ¿Tu eres Javier?. Hoy te vi, a la mañana, muy temprano, en la Biblioteca, sentado con una tasa de chocolate caliente y tu mochila verde... - ¡¡NO PODÍA CREER!! que yo le haya llamado la atención, la estrella más inalcanzable que existe se fijo en mí; me reconoció!!. Ella continuó diciendo - Ya van varias veces que nos vemos... Jajaja... Ambos sabemos que ésta no es la primera vez que nos encontramos...

Y yo sin piso, para colmo me miraba con sus ojos de color cielo y gris brillante, estaba anonadado.
Articulé lo único que podía articular, solamente las siguientes palabras:


- Si!. Y vos sos Pili ¿Verdad?. Yo también te vi hoy temprano... ¿Vas a tu casa? - Pregunté como cambiando de tema, no quería demostrarle que ella era mi aire para respirar. - 
-Sipi, jaja... - Me dijo con vos de niña.

Y no fue necesario decir absolutamente más nada.
La historia se repetía, sabía lo que pasaría en el futuro cercano: Que ella me besara y no la viera más en mucho tiempo; como siempre. Para ser franco, muy errado no estuve.
Hasta que se me dirigió, con apariencia tímida, preguntándome qué hay de mi vida. Yo simplemente le hice entender que seguía viviendo por ella. Pero ella me hizo entender lo mismo. Fue doloroso.

Seguimos hablando. Poco tiempo. Luego por arte de magia., no me pregunté como fue; que su boca irresistible solamente se acercó un centímetro. Fue distancia de sobra para que yo acercase la mía los últimos 100 centímetros restantes. Fue el más precioso de todos lo besos que ella me había dado, el más largo, aún así me resulto corto ese segundo.
Después de haberme besado me dijo que nos volveríamos a ver, más bien dijo con la vos mas linda y con el mejor humor que puede tener la alegría: "Hasta que me pienses devuelta". Yo no entendía ni por qué, ni para qué me lo dijo; dio media vuelta y se fue. Sentir su perfume a Brittany de Tsu alejarse de mí, fue como deshidratarme totalmente en la décima parte de un instante de un segundo.

Se fue.


¿Cómo fui tan idiota de no haber previsto la parada?!!

Salí corriendo atrás de ella, fue la reacción más espontanea y rápida de mi vida.
No era el mejor lugar, ni el mejor paisaje, pero si el mejor momento emotivo de todos los que tuve con ella.

Me precipité a bajar en la misma parada, aunque la mía había pasado ya hace rato. Pero esperaría hasta el final del recorrido del micro si fuere necesario, con tal de estar con ella.
El micro se hacía largo. Nunca llegaba la salida. Y ella, ella, una vez detenido el micro, bajó un escalón, volteó y me regaló su sonrisa nuevamente.
Su sonrisa es la espada más victoriosa, vencedora de las mariposas, rosas y alondras. Con ésa sonrisa se me desvanece el cuerpo y pierdo firmeza y todos mis ejércitos, invisibles e invencibles, se rinden con armas y bagajes a sus pies.
Luego de haberme sonreído, bajó su último escalón.
Fue todo en un instante.
Llegué justo.
En cuanto terminé de bajar del micro, ilusionado y contento, miré hacia los dos costados, mi expresión en la cara se me apagó en cuestión de segundos.

Nuevamente comprendí, que no la vería en mucho tiempo.
Que algún día volverá; velo y muero por la espera.
Que algún día la veré otra vez.
Por el momento, sólo me importa que ella no está.

Fue todo tan lindo y suave, y al mismo tiempo tan doloroso y cruel.
El retomo del micro, luego de dejarme en la parada, se distorsionaba con el ruido que provocó mi despertador al caer al piso.

Desperté.
Tardé en darme cuenta que fue todo un sueño.
Tenía la alegría que la vi, en mis sueños, siempre la hallé ahí, en mis sueños.
Tenía la alegría que la volvería a ver.
Tenía el dolor, de que también es posible que ella no exista.
Sin tener uso de razón fui directo a bañarme, como si fuese habitual, como si fuese algo que me haga entender que los sueños pueden ser reales pero que también pueden no ocurrir.
Como si la ducha me transportara al nuevo y vigente mundo actual, este enfermo y triste mundo, en que pareciera que la imaginación es el único lugar donde uno puede ser feliz....



Por eso digo, aprende a soñar feliz, aprende a despertar feliz y a estar feliz y a acostarte feliz. Para tener aún, un sueño más feliz. ¿Para qué aprender esto?Ja.. Te acostumbrarás y aprenderás, que cuando estés envuelto en la peor tragedia aún eres feliz, aunque el resto del mundo no entienda que tu peor tragedia es dejar ser feliz...






              

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