Oración de la mañana

Hola. Buen día mi Dios.

¿Cómo has estado?

Quisiera que sea contigo hoy, 

mi primera conversación.

He fallado, como el peor,

ayer, hoy... anoche.

Hubiera preferido no amanecer

con tal de no volverte a ofender.

Es que claro, seguro el Paraíso

no mereciera visitarlo.

Por eso te pido, mi Señor,

que nunca me sueltes la mano,

porque sin quererlo seré el peor pecador.

No tengo nada frente a ti.

Ni si quiera soy.

Si quieres que sea alguien,

déjame vivir un poco más para glorificarte.

Y si no, dame luz, pero luz que pueda ver.

Dame alegría, pero alegría que contagie.

Dame paciencia, pero paciencia que dure

Dame virtudes, pero virtudes que destaquen.

Dame paz, pero paz que inunde.

Dame palabras, pero palabras que graben.

Dame obras, pero obras que nadie haga.

Dame fe, pero fe de montañas.

Dame amor, pero amor ciego.

Y si no, no me des nada de eso.

Solo recuérdame que vives

y yo haré como pueda el resto.

Y si no, ni eso.

Recuérdame que vivo, 

y yo me convierto.

Y si sigo duro, pecador y tosco,

haz por la fuerza tus obras en mi.

Imagínate una eternidad eterna, 

sin dar mi amor a Ti.

Seria como cargar un pedazo de tu Cruz,

solo que el que la lleva,

 no es del mundo, la Luz.