El soberbio ve a todos soberbios.
El histérico ve a todos histéricos.
El egoísta ve a todos egoístas.
El mentiroso ve a todos mentirosos.
Pero el triste, ve a todos alegres.
Y el alegre no ve a a nadie mas alegre que él.
Sólo el que es sanamente feliz,
y verdaderamente feliz,
y permanece feliz,
y sabe dónde está la felicidad,
ese; hace feliz a los demás.