Pueden ir tomando nota,
lo que quieran atender,
voy a cantar con placer,
lisonjas para un patriota.
Bien a lo lejos se nota,
que soy del suelo un pedazo,
pero, ¿Qué quiere, amigazo?
El que nació pá cantar,
nunca se debe callar,
ni aunque lo dentren a lazo.
Fue brigadier general,
fue una llama precursora,
fue claridad de la aurora,
y de la nacionalidad.
Fue caudillo colosal,
en las luchas del desierto,
no figura entre los muertos,
que la Historia sublimiza,
pero dejó su divisa:
sendero de Patria abierto.
Sombrero en mano y de a pie,
saludo al Restaurador,
con el respeto mayor,
con que su causa abracé.
Soy nacido en la Merced,
federal sin vuelta de hoja,
alzo la divisa roja,
pendón del argentinismo,
emblema de patriotismo,
y libro de limpias hojas.
Soy hijo y nieto, señor,
de caudillos federales,
colorados patriarcales,
abanderados de honor.
Vaya este canto hecho flor,
a deshojarse en la glosa.
Es la ofrenda respetuosa
de un cantor agradecido,
el recuerdo bien querido,
de Don Juan Manuel de Rosas.