Ella puso luz en mis tinieblas,
alegría en mis tristezas,
con la magia de su amor.
Ella, como el brillo de una estrella,
hizo mi noche más bella,
y en mi noche se quedó.
Fuimos pasajeros del destino,
que buscaban un camino,
que salvara nuestro ayer.
Fuimos, pero ya no somos nada,
nada más que una pregunta,
¿Por qué
solo, con mis sienes ya blanqueadas,
duelen, su recuerdos más que ayer?
Penas de canto a las madrugadas,
de esperanzas destrozadas,
se apodera de mi ser.
Lloro, pero no por estar solos,
lloro, por la angustia de los dos.
Ella se fue, no la busqué,
solo Dios sabe porqué.
ya no esta más a mi lado,
aunque nunca se apartó.
Quiso como yo crear un mundo,
por donde fuéramos juntos,
y el destino dijo ¡no!
¡Cuantos!,
Cuantos sueños destrozados,
que quedaron arrumbados,
sin olvido y sin rencor,
cuando, sin hablar una palabra,
nos dijimos cara a cara,
¡Adiós!